miércoles, 27 de junio de 2012

COLONIALISMO

La época colonial mexicana (1517-1821) es un periodo de tiempo muy amplio con diferentes sucesos que van desde la Conquista hasta la Independencia. Dado la amplitud del tema, éste ensayo tratará sobre las reformas borbónicas del siglo XVIII. Estas reformas aprovecharon el auge económico del siglo XVIII y significaron el empobrecimiento de la Nueva España.
En 1700 murió Carlos II, último rey de la monarquía de los Austrias dejando en herencia la corona española al Borbón Felipe, Duque de Anjou nieto de Luis XIV de Francia. Este nombramiento rompió el equilibrio internacional ganándose la enemistad de Austria y de Inglaterra. Estos países apoyaban la candidatura del archiduque de Austria. En España el conflicto fue de hecho una guerra civil. Castilla luchó a favor de los Borbones mientras que Aragón a favor del archiduque Carlos. Por la Paz de Utrecht (1713) se reconoció a Felipe como rey de España, renunciando a cambio a la corona francesa, y cediendo al archiduque Carlos Nápoles, Cerdeña, la Toscana, Bélgica y el Milanesado, Sicilia a la casa de Saboya, Gibraltar y Menorca a Inglaterra, junto a una serie de derechos comerciales como “el asiento de negros” (un permiso para traficar con esclavos negros) y “el navío de permiso” (que es una autorización para llevar mercancías a América una vez al año). La llegada de Felipe al trono traía consigo la llegada de las ideas absolutistas a España. Es decir la concentración del poder en manos de un solo jerarca.
El periodo de mediados del siglo XVII a mediados del siglo VXIII es generalmente considerado un siglo de depresión económica para España y sus dominios. La guerra de los treinta años (1618 a 1648) dejó a la Real Hacienda en una situación de crisis. Además la caída en la producción de plata dejó a la monarquía casi en la quiebra. En el periodo de 1656 a 1660 la producción de plata fue de 54 013.8 kilos mientras que en el periodo de 1620 a 1625 fue de casi 11 000 000 de kilos. Este es el periodo de la consolidación de los monopolios comerciales de Sevilla y Cádiz. Empero, el bajo comercio ayudó a la crisis de la monarquía pero también acentuó la autosuficiencia económica de la Nueva España. La recesión se sintió mucho más en la metrópoli que en la Nueva España. Es en este mismo periodo que se dio la consolidación de las haciendas a manos de grandes terratenientes que pudieron resistir la crisis causada por la caída en la producción de plata.
Además de las crisis política y económica tenemos la crisis demográfica en la Nueva España. Para Woodrow Borah ésta tuvo efectos nefastos en la economía novohispana ya que las ciudades españolas vivían de los tributos y servicios de los indígenas. Aunque esta tesis después fue combatida por otros historiadores como Brading, él afirma que la caída en la minería no estaba conectada con la disminución de la población indígena, ya que el requerimiento de la mano de obra era limitado. Además los altos salarios que se pagaban en las minas y la participación que tenían los trabajadores hacían atractivo para los indígenas el trabajo en estas. Aún con los efectos de la despoblación inciertos en la minería, y en consecuencia en la economía, podemos afirmar que ésta provocó una disminución en la producción agrícola. Calderón afirma que el desastre demográfico tuvo además consecuencias sociales mayores:
En lo social, la gran mortandad de los indios dio como resultado entre los sobrevivientes la aparición de un escepticismo religioso teñido de fatalismo que condujo a profundas transformaciones en el carácter y en la vida familiar. Se dice, por ejemplo, que la adhesión a la familia extensa,…, y el estrechamiento de los vínculos de compadrazgo se deben al peligro constante de que ambos padres perecieran dejando desamparados a sus hijos.

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