La época colonial mexicana (1517-1821) es un periodo de tiempo muy
amplio con diferentes sucesos que van desde la Conquista hasta la
Independencia. Dado la amplitud del tema, éste ensayo tratará sobre las
reformas borbónicas del siglo XVIII. Estas reformas aprovecharon el auge
económico del siglo XVIII y significaron el empobrecimiento de la Nueva
España.
En 1700 murió Carlos II, último rey de la monarquía de
los Austrias dejando en herencia la corona española al Borbón Felipe,
Duque de Anjou nieto de Luis XIV de Francia. Este nombramiento rompió el
equilibrio internacional ganándose la enemistad de Austria y de
Inglaterra. Estos países apoyaban la candidatura del archiduque de
Austria. En España el conflicto fue de hecho una guerra civil. Castilla
luchó a favor de los Borbones mientras que Aragón a favor del archiduque
Carlos. Por la Paz de Utrecht (1713) se reconoció a Felipe como rey de
España, renunciando a cambio a la corona francesa, y cediendo al
archiduque Carlos Nápoles, Cerdeña, la Toscana, Bélgica y el Milanesado,
Sicilia a la casa de Saboya, Gibraltar y Menorca a Inglaterra, junto a
una serie de derechos comerciales como “el asiento de negros” (un
permiso para traficar con esclavos negros) y “el navío de permiso” (que
es una autorización para llevar mercancías a América una vez al año). La
llegada de Felipe al trono traía consigo la llegada de las ideas
absolutistas a España. Es decir la concentración del poder en manos de
un solo jerarca.
El periodo de mediados del siglo XVII a mediados
del siglo VXIII es generalmente considerado un siglo de depresión
económica para España y sus dominios. La guerra de los treinta años
(1618 a 1648) dejó a la Real Hacienda en una situación de crisis. Además
la caída en la producción de plata dejó a la monarquía casi en la
quiebra. En el periodo de 1656 a 1660 la producción de plata fue de 54
013.8 kilos mientras que en el periodo de 1620 a 1625 fue de casi 11 000
000 de kilos. Este es el periodo de la consolidación de los monopolios
comerciales de Sevilla y Cádiz. Empero, el bajo comercio ayudó a la
crisis de la monarquía pero también acentuó la autosuficiencia económica
de la Nueva España. La recesión se sintió mucho más en la metrópoli que
en la Nueva España. Es en este mismo periodo que se dio la
consolidación de las haciendas a manos de grandes terratenientes que
pudieron resistir la crisis causada por la caída en la producción de
plata.
Además de las crisis política y económica tenemos la
crisis demográfica en la Nueva España. Para Woodrow Borah ésta tuvo
efectos nefastos en la economía novohispana ya que las ciudades
españolas vivían de los tributos y servicios de los indígenas. Aunque
esta tesis después fue combatida por otros historiadores como Brading,
él afirma que la caída en la minería no estaba conectada con la
disminución de la población indígena, ya que el requerimiento de la mano
de obra era limitado. Además los altos salarios que se pagaban en las
minas y la participación que tenían los trabajadores hacían atractivo
para los indígenas el trabajo en estas. Aún con los efectos de la
despoblación inciertos en la minería, y en consecuencia en la economía,
podemos afirmar que ésta provocó una disminución en la producción
agrícola. Calderón afirma que el desastre demográfico tuvo además
consecuencias sociales mayores:
En lo social, la gran mortandad
de los indios dio como resultado entre los sobrevivientes la aparición
de un escepticismo religioso teñido de fatalismo que condujo a profundas
transformaciones en el carácter y en la vida familiar. Se dice, por
ejemplo, que la adhesión a la familia extensa,…, y el estrechamiento de
los vínculos de compadrazgo se deben al peligro constante de que ambos
padres perecieran dejando desamparados a sus hijos.
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